domingo, 23 de octubre de 2011

Salime D´or: Ciudad de trabajo (Parte I)

El embalse de Grandas de Salime es uno de los mayores embalses de Asturias, su construcción fue un hito en la ingeniería de un país que se recuperaba de la Guerra Civil y su construcción duro una década, en ella entregaron sus vidas más de un centenar de trabajadores que venían de todos los puntos del estado. Una Gran Obra aun hoy en funcionamiento.



La entrada del Blog se centrara en su construcción y en los edificios anexos, todos ellos abandonados hace más de dos décadas, erigidos en las lomas de una montaña resisten el paso del tiempo observando desde sus ventanas las crecidas y bajadas del pantano.

Algo de Historia...
El río Navia, con una cuenca de 2.654 kilómetros cuadrados, tiene su origen en la sierra de Los Ancares, de la cordillera Cantábrica, en la divisoria de las provincias de León y Lugo. Por su margen izquierdo recibe al río Suarna, su afluente, y por el derecho, las aguas de los ríos Ibias y del Oro.
A los 22 kilómetros aguas abajo del Salto de Salime se encuentra el Salto de Doiras y continuando por su curso, el Embalse de Arbón. Desemboca posteriormente, a los 120 km de su nacimiento, en la hermosa Ría de Navia, en el mar Cantábrico.

A finales de 1945, Hidroeléctrica del Cantábrico S.A. y Electra del Viesgo S.A., ambas dedicadas a la producción de energía eléctrica, acordaron, en régimen de comunidad de bienes y bajo la denominación de Saltos del Navia C.B., proceder a la construcción del Embalse de Salime.

El embalse afecta a una zona de 685 hectáreas, de las cuales muchas eran laderas escarpadas no cultivadas, pero, aun así, bajo las aguas del embalse se encuentra el pueblo de Salime, antigua capital del concejo, y una serie de aldeas y caseríos como Subsalime, San Feliz, Salcedo, Duade, Veiga Grande, Saborín y la Quintana, en la zona asturiana, y Riodeporto, Villaugín, Barqueiría, San Pedro de Ernes y Barcela, en la provincia de Lugo.


De las 685 hectáreas inundadas, 18.098 metros cuadrados son fincas urbanas, 1.404 m2 de solares en ruina, 2.860 m2 de patios y corrales. Quedaron inundadas 1.995 fincas, con más de 3.000 parcelas, 25.360 árboles maderables, 13.800 frutales y 14.051 pies de vid y ocho puentes, cinco pequeñas iglesias, varias capillas y cinco cementerios. La valoración de estas zonas expropiadas fue del orden de 17 millones de pesetas de la época.

En marzo de 1946 dieron comienzo los trabajos de preparación y apertura de accesos al lugar de emplazamiento de la obra, se construyeron unos 5 km de caminos, dos planos inclinados de 554 m de longitud que facilitaban el transporte de materiales y personal desde lo alto de la Paicega al pie de las instalaciones con instalación motora, doble vía y vagonetas con freno de seguridad (uno de ellos tenía 348 m y un desnivel máximo del 49% y el otro 206 m y pendiente máxima del 95%) y 35 km de carretera. Así mismo, fue necesario hacer un túnel de 250 m de longitud y 25 m2 de sección para que pudieran acceder camiones pesados a la central.
Se dotó a la obra de energía eléctrica, líneas telefónicas y, dadas las dificultades para importar 100 camiones de 10 Tm, que fue la previsión que se hizo en un primer momento, y lo dificultoso del trazado de la carretera que unía el puerto de Navia con Grandas, se optó por reducir el transporte por carretera a una pequeña flota y se acordó construir un teleférico que partiendo del pueblo de Navia fuese capaz de transportar el tonelaje de clinker, yeso y otros materiales que por vía marítima se recibiesen con destino a la obra. Fue el mayor de los hasta entonces construidos en España y el más importante de Europa en su modalidad.

Este teleférico tenía 8 estaciones, la de salida situada en el puerto de Navia con muelles de atraque para barcos de hasta 150 Tm, dos grúas con pala de descargue, una para 90 y otra para 30 Tm/hora, cintas elevadoras, silos con capacidad para 3.500 Tm de clinker y tolvas con dispositivo de cargue de vagonetas por gravedad. La estación de llegada a obra, con sus tolvas y canaletas, permitía la distribución del clinker a los distintos silos que alimentaban los molinos. Su velocidad era de 12 km/hora y su recorrido de 37 km.
Para desviar el río de su curso, a fin de dejar en seco su lecho en la zona de emplazamiento del muro de presa, fue necesaria la construcción de dos ataguías y un túnel que le sirviese de cauce provisional. Este túnel fue excavado en roca y revestido de hormigón; tiene una longitud de 625 m y una sección de 22 m2.

Fueron causas de orden económico y técnico las que aconsejaron producir a pie de obra el cemento necesario para la fabricación de hormigones. Para ello fue preciso una serie de instalaciones como secadero de clinker, molinos, bomba de fuller y silos de cemento que son de forma cilíndrica y tienen una capacidad de 1.500 Tm cada uno. Aún se pueden observar parte de estas instalaciones en la actualidad.

Información extraída de:  http://www.vivirasturias.com/asturias/grandas-de-salime/embalse-de-grandas-de-salime/es

Las casa ahora abandonadas, fueron ocupadas por los constructores de la  presa y la central eléctrica, en los años 60 abandonadas por los trabajadores de la central y re-ocupadas ilegalmente por los vecinos de la zona a los que la empresa de la central eléctrica (y propietaria de las casas) no les conecto la luz. En la década de los 80 serian en su mayoría abandonadas de nuevo, aunque hay vestigios de que alguna fueron habitadas hasta tiempos recientes. 






























2 comentarios:

  1. La pared con los posters brutal jajaja... Muy buena la entrada :) A ver si me puedo acercar por allí un finde de éstos que no conocía la historia del lugar y me parece interesante!
    Un saludo!!
    Patricia

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